Apenas puedo caminar, me duelen las muñecas y el cuello, aparte el olor inmundo de la sangre de orco impregnada en mi cuerpo me da nauseas, y no puedo evitar tener miedo de lo que me espera llegando a la sala del trono.
Elian sigue tras de mi y el orco tira de la cadena cada vez que me retraso, -Alto-, dijo Elian y me di cuenta que estoy frente a una puerta decorada de Mitril, Electron y Oro, se oye un crujido y un rechinido, intento levantar la cabeza pero no puedo, solo distingo el olor a incienso.
--Camina-, me indica Elian mientras siento como jalan de nuevo la cadena, enfrente de mi se alza un trono y hay un hombre en ese lugar, se ve entrado en años pero con el cuerpo fuerte, esta vestido con una túnica larga adornada en el pecho con una tela que desprende una tenue luz azul -Esplendido-, mientras se levanta, Elian dio un jalon a la cadena que me hizo quedar de rodillas al igual que el -mi señor, aquí esta la chica-, -eso veo-, contesto y las cadenas que me ataban se desprendieron y cayeron al piso sonoramente.
-Levántate Elian, has cumplido tu misión bellamente-, -A sus ordenes mi señor-, contesto, y me doy cuenta que no tengo fuerza, tengo que intentar hacer algo, -la daga- pensé -aun se encuentra en mi entrepierna-, me moví lentamente para alcanzarla y esperar el momento justo
-Veamos esta es la descendiente de Valadhiel, es mucho mejor de lo que esperaba-, dijo y me provocaba escalofríos, pero aun así estoy lista para degollarlo en cuanto se acerque puede ser mi única oportunidad, -Elian muchas gracias, regresa y acaba con esas molestias-, -Si mi señor-. veo como Elian se dirige a la puerta por donde entramos.
-Bueno veo que estas cansada y algo desalineada-, dijo mientras me tocaba el mentón, inmediatamente me abalance a su cuello y clave mi daga con todas mis fuerzas.
-pero...-, me dije mientras oigo una riza, y me doy cuenta de que mi daga atravesó su mano, -no esperaba menos, después de todo se nota en tus ojos-, empece a temblar porque la daga atravesaba de un lado al otro su brazo pero no había sangre lo único era un vapor que se desprendía y momentos después deshizo la daga.
me tomo del cuello y apretó, -termina conmigo de una vez-, dije -¿Matarte?, por que querría eso, como te darás cuenta no representas peligro para mi-, con su otra mano trono los dedos y dos extrañas mujeres de piel roja se acercaron, y mientras me sostenía del cuello las mujeres tomaron mis manos e inmovilizaron con grilletes en la espalda, luego empezaron a arrancar mis ropas -que demonios quieres maldito-, dije mientras me movía tratando de liberarme lo cual fue inútil -que Demonios quieres de mi- repetí, no puedo quedarme así, dije y seguí intentando hasta que de pronto las mujeres me soltaron y recogieron las cosas del piso y se fueron, -Así esta mejor-, dijo y me soltó.
Caí al piso y empece a toser por el tiempo que estuve con su mano en mi cuello, -dime que quieres de mi - me levante con esfuerzo y mientras tanto hubo un silencio aterrador, y después de unos momentos respondió -Tu vientre, esos es todo lo que quiero-
つづく...